18.11.2024
Entre el 40% y 60% de las mujeres son diagnosticadas y tratadas al menos una vez por Infección del tracto urinario y en la mayoría de los casos, el primer episodio ocurre antes de los 25 años.
Urología Femenina
Muchas de las afecciones relacionadas con la urología comúnmente se vinculan con los hombres, en particular la salud de la próstata. Sin embargo, existen varias afecciones urológicas que afecta principalmente a las mujeres que es importante conocer.
La incontinencia urinaria se define como cualquier pérdida accidental o involuntaria de orina. La incontinencia urinaria no es una enfermedad, sino un síntoma con muchas causas posibles.
Mucha gente asume que la incontinencia es una parte normal del envejecimiento. Si bien es común, nunca debe considerarse normal. Existen varios tratamientos, y si un tratamiento no es satisfactorio se debe evaluar otro.
La vejiga hiperactiva es un tipo de problema de control de la vejiga, puedes sentir una necesidad repentina y abrumadora de orinar, micción frecuente, pérdidas y necesidad de orinar en exceso durante la noche. Esto puede afectar negativamente la calidad de vida.
Por lo general, no existe una causa conocida que desencadene hiperactividad vesical. Algunos casos están relacionados con causas neurológicas, también puede ocurrir como resultado de una obstrucción de la salida de la orina.
Infección urinaria recurrente se define como dos o más Infección urinaria en un período de seis meses, o tres o más infección urinaria en un período de un año. Los síntomas de una Infección urinaria pueden incluir micción frecuente y dolorosa, orina turbia o con olor fuerte y dolor o presión en la parte baja del abdomen.
Las mujeres se ven más comúnmente afectadas por las ITU debido a:
La de la uretra femenina (el conducto que drena la orina de la vejiga) es corta, está cerca de la vagina y del ano que normalmente contienen bacterias y facilitan la entrada de bacterias al sistema urinario.
Las relaciones sexuales pueden facilitar que las bacterias se adhieran a la uretra y luego entren a la vejiga.
Después de la menopausia la caída de los niveles de estrógeno provoca cambios en los tejidos de la vagina y la uretra que los vuelven más secos y facilitan que las bacterias del tracto urinario colonicen o vivan en la zona.
El prolapso de órganos pélvicos ocurre cuando los músculos del piso pélvico se debilitan o dañan y ya no pueden sostener los órganos pélvicos. Como resultado, uno o más órganos pélvicos pueden caer de su posición normal y sobresalir. El prolapso de la vejiga (cistocele), el recto (rectocele), el intestino (enterocele) o el útero puede ser asintomático y descubrirse en el examen pélvico o puede causar sensaciones de “caída”, dolor o presión en la vagina y la pelvis. No es raro tener más de un tipo de prolapso.
Los síntomas del prolapso de órganos pélvicos pueden incluir: Sentir un bulto o sensación de pesadez en la vagina, dolor lumbar que mejora al acostarse, dolor o presión pélvica, dolor o falta de sensación durante las relaciones sexuales, pérdida de orina al toser o hacer esfuerzo, infecciones urinarias recurrentes.
Las opciones de tratamiento para el prolapso de órganos pélvicos incluyen ejercicios de los músculos del piso pélvico, terapia hormonal, inserción de pesario para sostener los órganos pélvicos o cirugía de reparación vaginal.
La disfunción miccional es un término amplio que se utiliza para describir afecciones en las que existe una mala coordinación entre el músculo de la vejiga y la uretra. Esto da como resultado una relajación incompleta o hiperactividad de los músculos del suelo pélvico durante la micción.
La disfunción miccional puede manifestarse como una amplia gama de síntomas que pueden incluir dificultad para vaciar la vejiga, vacilación para orinar, flujo de orina lento o débil, urgencia urinaria, frecuencia urinaria o goteo de orina.
Puede deberse a una disfunción nerviosa, a la falta de relajación de los músculos del suelo pélvico o a ambas. Los posibles tratamientos incluyen terapia del suelo pélvico, autocateterismo intermitente, relajantes musculares o colocación de un dispositivo de neuromodulación.
La sangre en la orina, también conocida como hematuria, se presenta en dos formas. Si bien algo de sangre es visible y fácil de detectar, también puede ser microscópica e invisible a simple vista. En estos casos, será necesario un análisis de orina para detectar la sangre.
La sangre en la orina es un síntoma común de un problema urinario subyacente. Las posibles causas de hematuria incluyen una infección urinaria, cáncer del tracto urinario, cálculos en la vejiga o el riñón y enfermedad renal.
El síndrome genitourinario de la menopausia (SGM), previamente denominado atrofia vulvogenital, vaginitis atrófica o atrofia urogenital, engloba todos aquellos síntomas y signos derivados de la progresiva disminución de estrógenos y otras hormonas sexuales como los andrógenos una vez la mujer alcanza la menopausia.
Comprende: Síntomas Genitales (sequedad, ardor, picazón, irritación, sangrado), Síntomas Sexuales (dispareunia y otras disfunciones sexuales) y Síntomas Urinarios (disuria, polaquiuria, urgencia, infecciones urinarias recurrentes).
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Entre el 40% y 60% de las mujeres son diagnosticadas y tratadas al menos una vez por Infección del tracto urinario y en la mayoría de los casos, el primer episodio ocurre antes de los 25 años.
El cuerpo humano alberga poblaciones microbianas distintas dentro de varios nichos anatómicos. La microbiota contribuye significativamente a mantener un mecanismo de defensa optimo ante las enfermedades infecciosas.