El Síndrome de Vejiga Tímida, también llamado Paruresis, Vejiga Vergonzosa, Timidez Vesical, o Urofobia, se define como la dificultad o imposibilidad de orinar en urinarios públicos o en situaciones en las que otras personas están o pudieran estar presentes, que no se deriva de preocupaciones por la higiene, sino de ansiedades profundamente arraigadas a ser juzgado u observado de cerca.
Según una investigación publicada en el Journal of General Psychology esta patología afecta al 14% de la población. En muchos de los casos las personas que la padecen logran orinar con incomodidad y vergüenza tensionando el esfínter para disminuir sus ruidos corporales en el baño y que no pueden ser escuchados por otra persona.
Las causas de este síndrome son muy variadas y dependen de cada persona. Desde traumas de la niñez y rasgos de la personalidad hasta preocupaciones relacionadas con la sexualidad o incluso condiciones físicas.
Las personas con paruresis suelen experimentar una disminución de la calidad de vida, niveles elevados de ansiedad interpersonal y de rendimiento, y una marcada tendencia a las conductas de evitación que puede provocar un retraimiento de las situaciones sociales, afectar negativamente a las oportunidades laborales y académicas, e incluso repercutir en la salud mental, aumentando el riesgo de afecciones comórbidas como la depresión.
Si notas que intentas orinar lo más que puedas antes de salir de casa para evitar usar un baño público, que solo usas el baño público cuando no hay nadie cerca, que bebes menos líquido cuando estás fuera de casa para evitar usar el baño público o que reduces la asistencia a eventos sociales para no tener que estar fuera de casa, estos pueden ser síntomas del síndrome de vejiga tímida.
En este punto puede ser mejor hablar con tu urólogo de confianza para analizar tu caso, realizar las pruebas necesarias y proponer un plan de tratamiento en conjunto con un abordaje psicoterapéutico, los cuales han demostrado eficacia para tratar la paruresis abordando no sólo los síntomas, sino los procesos psicológicos subyacentes.