¿Qué es la vejiga hiperactiva?

La vejiga hiperactiva se define como un síndrome caracterizado por urgencia miccional, generalmente acompañada de frecuencia y nocturia, con o sin incontinencia de urgencia, en ausencia de infección urinaria u otra patología evidente. Afecta al 16-19% de la población adulta, aumentando su prevalencia con la edad.

 

SINTOMAS URINARIOS:

  • Urgencia urinaria: necesidad repentina, intensa e incontrolable de orinar
  • Frecuencia: necesidad de orinar más de 8 veces en 24 horas
  • Nocturia: despertarse dos o más veces durante la noche para orinar
  • Incontinencia de urgencia: pérdida involuntaria de orina asociada a la urgencia

 

La vejiga hiperactiva tiene una etiopatogenia multifactorial. Las causas de la vejiga hiperactiva pueden tener un origen neurogénico, urotelial, miogénico o idiopático. 

 

Puede deberse a:

  • Hiperactividad del detrusor (contracción involuntaria durante la fase de llenado)
  • Alteración de los mecanismos centrales inhibitorios
  • Hipersensibilidad de receptores vesicales
  • Cambios miogénicos en la pared vesical
  • Alteraciones neurológicas como esclerosis múltiple, enfermedad de Parkinson o secuelas de accidentes cerebrovasculares
  • Obstrucción urinaria cuando hay hiperplasia prostática benigna o alguna estrechez uretral

 

Factores de riesgo:

Edad avanzada, menopausia, obesidad, diabetes, infecciones urinarias recurrentes

 

El diagnóstico de la vejiga hiperactiva se basa principalmente en:

 

  • Historia clínica detallada: Evaluación de síntomas y su impacto en la calidad de vida
  • Examen físico: Incluyendo exploración abdominal, pélvica y neurológica
  • Diario miccional: Registro de la ingesta de líquidos y patrones de micción

 

Pruebas complementarias: 

  • Análisis de orina
  • Estudios urodinámicos
  • Cistoscopia en casos seleccionados
  • Estudios de imagen para evaluar la vejiga, el residuo post-miccional y otras patologías que puedan estar condicionando este problema.

 

Las guías clínicas actuales proponen un tratamiento escalonado. El primer escalón terapéutico lo constituyen las medidas higiénico-dietéticas y las técnicas de modificación de la conducta, simultáneamente con la rehabilitación del suelo pélvico. El tratamiento farmacológico estaría indicado ante el fracaso del primer escalón terapéutico y consiste fundamentalmente en antimuscarínicos o agonistas de los receptores beta-3 de la vejiga, ambos con una eficacia similar. Los antimuscarínicos por el contrario estarían contraindicados en pacientes con glaucoma, retención urinaria, miastenia gravis, colitis ulcerosa y megacolon tóxico.

 

El tratamiento mediante inyecciones de toxina botulínica en el detrusor, la estimulación del nervio tibial posterior y la neuromodulación son uno de los últimos escalones en el tratamiento de la vejiga hiperactiva. Se ha observado que, en pacientes con prolapso vesical, la intervención quirúrgica mejora la vejiga hiperactiva.

 

Modificaciones del estilo de vida:

  • Reducción de irritantes vesicales (cafeína, alcohol)
  • Programación de micciones
  • Técnicas de relajación
  • Rehabilitación del suelo pélvico:
  • Ejercicios de Kegel
  • Biofeedback
  • Estimulación eléctrica

 

Farmacoterapia:

  • Antimuscarínicos (solifenacina, tolterodina, etc.)
  • Agonistas β3-adrenérgicos (mirabegrón)
  • Toxina botulínica intravesical (casos refractarios)

 

Neuromodulación:

  • Estimulación del nervio tibial posterior
  • Neuromodulación sacra

 

La vejiga hiperactiva constituye un problema médico, social y económico importante. Muchas veces se presenta en edades tempranas, por lo que es importante conocer los síntomas y abordar esta patología de forma temprana, te espero en consulta.