La vejiga hiperactiva se define como un síndrome caracterizado por urgencia miccional, generalmente acompañada de frecuencia y nocturia, con o sin incontinencia de urgencia, en ausencia de infección urinaria u otra patología evidente. Afecta al 16-19% de la población adulta, aumentando su prevalencia con la edad.
SINTOMAS URINARIOS:
La vejiga hiperactiva tiene una etiopatogenia multifactorial. Las causas de la vejiga hiperactiva pueden tener un origen neurogénico, urotelial, miogénico o idiopático.
Puede deberse a:
Factores de riesgo:
Edad avanzada, menopausia, obesidad, diabetes, infecciones urinarias recurrentes
El diagnóstico de la vejiga hiperactiva se basa principalmente en:
Pruebas complementarias:
Las guías clínicas actuales proponen un tratamiento escalonado. El primer escalón terapéutico lo constituyen las medidas higiénico-dietéticas y las técnicas de modificación de la conducta, simultáneamente con la rehabilitación del suelo pélvico. El tratamiento farmacológico estaría indicado ante el fracaso del primer escalón terapéutico y consiste fundamentalmente en antimuscarínicos o agonistas de los receptores beta-3 de la vejiga, ambos con una eficacia similar. Los antimuscarínicos por el contrario estarían contraindicados en pacientes con glaucoma, retención urinaria, miastenia gravis, colitis ulcerosa y megacolon tóxico.
El tratamiento mediante inyecciones de toxina botulínica en el detrusor, la estimulación del nervio tibial posterior y la neuromodulación son uno de los últimos escalones en el tratamiento de la vejiga hiperactiva. Se ha observado que, en pacientes con prolapso vesical, la intervención quirúrgica mejora la vejiga hiperactiva.
Modificaciones del estilo de vida:
Farmacoterapia:
Neuromodulación:
La vejiga hiperactiva constituye un problema médico, social y económico importante. Muchas veces se presenta en edades tempranas, por lo que es importante conocer los síntomas y abordar esta patología de forma temprana, te espero en consulta.