El antígeno prostático específico (PSA) es una glicoproteína, considerado marcador inmunológico órgano-específico.
Su función está involucrada en la licuefacción del coágulo seminal.
El PSA tiene valor diagnóstico para la detección del cáncer de próstata, pero no es cáncer específico.
El examen del PSA se hace para ayudar a detectar y hacerle seguimiento al cáncer de próstata en los hombres.
¿Cómo se realiza el examen?
Solo necesitas ir al laboratorio con la orden de tu médico para que tomen una muestra de sangre.
Preparación para el examen: Es importante que no se realice el examen de PSA justo después de haber tenido una infección en el tracto urinario o de haberse sometido a un procedimiento o cirugía que involucre al sistema urinario.
Resultados
Con los resultados del examen de PSA NO se puede diagnosticar cáncer de próstata. Solo con una biopsia de la próstata se puede diagnosticar este cáncer.
Los resultados del PSA se analizan en conjunto con la edad, raza, los medicamentos que esté tomando el paciente y otros factores para decidir si este es normal o si necesita hacerse más exámenes.
Un nivel normal de PSA se considera que es hasta de 3.0 nanogramos por mililitro (ng/ml) de sangre, pero esto varía dependiendo de otros factores como edad, volumen de próstata, entre otros.
En hombres asintomáticos con un nivel de PSA entre 3 y 10 ng/ml y un examen digital rectal normal, se debe repetir la prueba de PSA antes de realizar más investigaciones.
Si el nivel de PSA es entre 3 y 10 ng/ml y un examen digital rectal normal, utilizamos otras herramientas para la indicación formal de biopsia prostática: calculadora de riesgos, imágenes por resonancia magnética de la próstata.
¿Qué otras condiciones pueden elevar el PSA?
La hiperplasia prostática benigna, las prostatitis, el infarto prostático (observado en las retenciones agudas de orina) y en la instrumentación (biopsia o cirugía de próstata y cistoscopia).
De tal forma, se recomienda la determinación de PSA junto con la exploración anual de próstata en varones mayores de 45 años, e incluso en los mayores de 40 años con alto riesgo.