Aunque no lo parezca, la forma en que nos paramos y caminamos tiene un impacto directo en nuestro suelo pélvico. Si bien los tacones altos pueden ser un accesorio de moda, su uso frecuente y prolongado podría influir negativamente en la salud de esta importante área del cuerpo y, por ende, en el funcionamiento de la vejiga.
La conexión entre tacones, postura y suelo pélvico
El suelo pélvico es un conjunto de músculos y ligamentos que sostienen la vejiga, el útero (en mujeres), el recto y la uretra. Es fundamental para la continencia urinaria y fecal, además de tener un papel clave en la función sexual y la estabilidad del tronco.
Cuando usas tacones altos, tu cuerpo se ve obligado a cambiar su postura para mantener el equilibrio. Esto provoca una serie de compensaciones que afectan directamente a tu zona pélvica:
1.Inclinación pélvica: Los tacones elevan los talones, lo que desplaza el centro de gravedad del cuerpo hacia adelante. Para compensar, la pelvis se inclina hacia adelante, lo que se conoce como anteversión pélvica.
2.Aumento de la lordosis lumbar: La inclinación de la pelvis aumenta la curvatura de la parte baja de la espalda (lordosis lumbar). Esto puede generar tensión en la espalda baja y el abdomen.
3.Tensión muscular: Este cambio postural obliga a los músculos del suelo pélvico y los glúteos a estar en un estado de tensión constante para estabilizar la pelvis. Esta tensión crónica puede llevar a un debilitamiento y disfunción de estos músculos.
¿Cómo influye esto en la vejiga?
La vejiga, al igual que los demás órganos pélvicos, está sostenida por los músculos del suelo pélvico. Si estos músculos se debilitan o se tensan de forma anormal, pueden surgir problemas como:
•Incontinencia urinaria: La disfunción del suelo pélvico puede comprometer el control de la vejiga, llevando a la pérdida involuntaria de orina al toser, estornudar, reír o hacer ejercicio.
•Aumento de la urgencia urinaria: La tensión muscular puede irritar la vejiga, provocando una sensación constante de necesidad de orinar, incluso cuando la vejiga no está llena.
•Dolor pélvico: La tensión crónica en los músculos del suelo pélvico puede causar dolor, que puede irradiarse a la vejiga y otras áreas circundantes.
Es importante destacar que el uso ocasional de tacones no causará necesariamente problemas. Sin embargo, el uso frecuente y prolongado sí podría tener consecuencias negativas a largo plazo.
Referencias de sociedades internacionales
Diversas sociedades médicas y de continencia han abordado la relación entre la postura y la salud pélvica. Por ejemplo:
•La International Continence Society (ICS) y la American Urological Association(AUA) reconocen que la fisioterapia del suelo pélvico y la corrección de la postura son componentes esenciales en el tratamiento de la incontinencia y otros trastornos pélvicos.
•Estudios publicados en revistas como el Journal of Physical Therap Science han demostrado que los tacones altos alteran la cinemática del cuerpo y pueden aumentar la presión sobre el suelo pélvico, lo que está correlacionado con una mayor incidencia de problemas de continencia.
Recomendaciones
Para Mujeres Sin Disfunción del Suelo Pélvico:
• Altura óptima: Tacones de 3-5 cm de altura
• Grosor recomendado: Tacón con diámetro ≥3 cm para mayor estabilidad
• Tiempo de uso: no excederse de 4 horas continuas
Para proteger tu suelo pélvico y tu vejiga, considera lo siguiente:
• Limita el uso de tacones: Alterna el uso de tacones con calzado plano y cómodo que permita una postura natural.
• Fortalece tu suelo pélvico: La práctica regular de ejercicios de Kegel puede ayudar a fortalecer y mantener la funcionalidad de estos músculos.
• Fisioterapia pélvica: Si experimentas síntomas como incontinencia, urgencia urinaria o dolor pélvico, consulta a un urólogo y junto a un especialista en fisioterapia pélvicareeducar estos músculos.
En resumen, cuidar la salud de tu suelo pélvico es fundamental para la calidad de vida, y una parte importante de ello es ser consciente de cómo nuestra postura diaria, incluida la elección de calzado, puede influir en él.
