Lo que No nos Enseñaron Nuestras Madres Sobre la Salud Urológica de las Mujeres

Por lo tanto, muchas mujeres hemos tenido que aprender a medida que vamos envejeciendo, y en la mayoría de los casos sufrir en silencio condiciones dolorosas de las que nos da vergüenza hablar en lugar de buscar ayuda con un especialista hasta tener un tratamiento adecuado.

 

Quiero enfocarme en esas afecciones urológicas femeninas que no nos enseñaron nuestras madres y que muchas normalizamos con nuestras amigas, como vejiga hiperactiva, incontinencia, prolapso de órganos pélvicos y dolor durante las relaciones sexuales.

 

Vejiga hiperactiva

La vejiga hiperactiva provoca una necesidad frecuente y repentina de orinar que puede ser difícil de controlar. La necesidad frecuente de orinar puede gobernar nuestras vidas e impedirnos hacer las cosas que amamos hacer. ¡Pero no tiene por qué ser así! Existe una variedad de opciones de tratamiento disponibles.

Incontinencia

 

La incontinencia urinaria

es un problema común que a muchas mujeres les puede resultar embarazoso abordar. Los dos tipos más comunes de incontinencia son la incontinencia de esfuerzo y la incontinencia de urgencia. La incontinencia de esfuerzo es el resultado de la actividad física o del aumento de la presión abdominal. Puede provocar pérdidas de orina al toser, estornudar o incluso reír. La incontinencia de urgencia es una necesidad repentina e intensa de orinar seguida de una pérdida involuntaria de orina. 

 

Prolapso de órganos pélvicos

Una de las afecciones urológicas femeninas más impactantes es el prolapso de órganos pélvicos. El prolapso de órganos pélvicos es una hernia de los órganos pélvicos hacia o a través de la abertura vaginal. Cuando estos músculos se debilitan, la vejiga, el útero o el recto pueden sobresalir o “caer” hacia la vagina. Las afectadas pueden notar un bulto que sale de su vagina. 

 

Dolor con las relaciones sexuales

El dolor vaginal durante las relaciones sexuales puede ser causado por una lubricación insuficiente resultante de niveles bajos de estrógeno o juegos previos inadecuados. La inflamación, la infección, los problemas de la piel o la reacción a un producto anticonceptivo, las lesiones, los traumatismos, la irritación, la episiotomía o la cirugía pélvica pueden contribuir al dolor. 

 

Todas estas afecciones tienen distintas opciones de tratamiento, si no se tratan a tiempo se van sumando problemas que terminaran deteriorando más tu calidad de vida. Es importante dejar de lado el estigma social y asegurarse de hacer de tu salud una prioridad. Ninguna mujer debería sufrir cualquiera de estas condiciones en silencio.

 

Si tiene síntomas de cualquiera de estas afecciones, comunícate con nosotros y programa una cita.