Las infecciones del tracto urinario son un problema de salud importante que afecta a más del 60% de las mujeres a lo largo de su vida. Entre las mujeres que sufren infecciones del tracto urinario recurrentes, del 70 al 80% experimentarán infecciones intercurrentes incluso mientras reciben supresión activa con antibióticos.
Aunque los antibióticos son la base del tratamiento, es importante centrarse en la prevención para evitar la alteración del microbioma urinario, prevenir la resistencia a múltiples fármacos de los patógenos bacterianos, evitar efectos secundarios adversos y reducir los costos.
El estrógeno juega un papel importante en la regulación del pH y el microbioma vaginal. Cuando los niveles de estrógeno caen, los lactobacilos no pueden ser mantenidos y la falta de inhibición competitiva resulta en el crecimiento excesivo de bacterias uropatógenas que predisponen a una infección urinaria.
En mujeres hipoestrogénicas sin contraindicaciones, se debe administrar estrógenos por vía vaginal utilizado como prevención de primera línea.
El estrógeno vaginal tiene una absorción sistémica tan baja que los riesgos sistémicos asociados con su uso son mínimo.
Además, el estrógeno vaginal no se ha asociado con un aumento en el riesgo de recurrencia del cáncer en mujeres que reciben tratamiento por o con un antecedentes de cáncer de mama.
El uso de estrógeno vaginal ha sido validado en múltiples estudios clínicos para reducir la incidencia y recurrencia de las infecciones urinarias.
Si constantemente sufres de infecciones urinarias, consulta con un especialista en urología quien te ayudará a investigar las causas que las producen y te dará opciones y alternativas para prevenirlas.