Los baños públicos son un lugar polémico. Hay personas que tienen serias dificultades de sentarse en un baño distinto al de la casa. En una encuesta realizada de 528 pacientes de una clínica ginecológica, el 85% evitaba tener contacto con la superficie del inodoro🚽 y orinaban doblando las piernas. El 12% colocaba papel 🧻en la taza y solo el 2% se sentaba directamente en ella.
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¿Tan peligrosos son los baños públicos?
Lo más importante es saber que la piel, siempre que no tenga heridas abiertas, es resistente a virus y bacterias. Definitivamente no hay que sentarse en el inodoro si se tiene la piel lastimada o donde puede haber mala higiene.
Poner papel higiénico o círculos de papel en la tabla del inodoro sirve para evitar el contacto con gérmenes, pero siempre que el papel sea nuevo y limpio.
Lo cierto es que, los baños públicos comparados con otras superficies no son necesariamente el lugar donde más se encuentran virus y bacterias. Un sólo centímetro cúbico de una esponja de cocina puede albergar hasta 50.000 millones de gérmenes, más de los que se encuentran en la taza del inodoro.
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La principal vía de contagio con estos gérmenes es fecal-oral: que una persona toque alguna superficie contaminada con alguna bacteria o virus y que, sin lavarse correctamente las manos, se toque luego la cara.
Los patógenos suelen contagiarse a través de las heridas, la boca, la nariz o los ojos, por eso es mucho más importante lavarse bien las manos.
Para hacer un lavado eficaz, mojarse las manos con agua y aplicar una cantidad suficiente de jabón para cubrirlas. Frotar toda la superficie de las manos (el dorso, el espacio entre los dedos y debajo de las uñas) durante al menos 20 segundos, enjuagar y secarse bien. ⠀
La probabilidad de que alguien contraiga una enfermedad al sentarse en un inodoro es muy baja.
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